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Los adolescentes y la salud mental


¿Está mal sentirse mal?

Los adolescentes, por lo general, atraviesan una metamorfosis en la que su niño deja de estar para dar lugar a un adulto y todo lo que esto conlleva. En este texto, Lucio nos invita a reflexionar sobre el modo en que los sentimientos y las emociones son parte del crecimiento personal.

Por: Lucio Ambrossio

Hoy en día la sociedad se volvió algo más alienada, las personas en sí, simplemente viven, compran y reciclan los estímulos que el mercado les ofrece, casi automáticamente. Esto no es nada nuevo y es un hecho conocido que cada década nos volvemos más distantes unos de otros. Y es ahí donde la problemática principal se asoma, cuando este ritmo vertiginoso, volátil y banal nos hace sentir mal desde adentro, desde una cuestión mental.

 

Los adolescentes, por lo general, atraviesan una metamorfosis en la que su niño deja de estar para dar lugar a un adulto y todo lo que esto conlleva. De por sí, una etapa fragosa llena de dudas y angustia. Hay quien dice que solo es una etapa, pero es mucho más importante que eso. La OMS (Organización Mundial de la Salud) dice sobre esto: "El hecho de no ocuparse de los trastornos de salud mental de los adolescnetes tiene consecuencias que se extienden a la edad adulta, perjudican la salud física y mental de la persona y restringen sus posibilidades de llevar una vida plena en el futuro"¹.

 

Y es en este mundo donde la apariencia vale más que lo real, donde lo virtual o las redes valen más que lo físico, donde queremos mostrar antes que sentir, donde nos perdemos de lo más importante: vivir. Uno de cada siete adolescentes padece algún tipo de trastorno mental  y, desde la última década, su crecimiento fue exponencial y, si bien la salud mental tomó un papel más importante, su preocupante ascenso nos hace retomar este tópico constantemente.

 

Hay demasiadas variantes que pueden entrar en juego en cuanto al desarrollo de la psiquis del adolescente: el estrés desarrollado atrevés de traumas; la exposición a la adversidad; las relaciones con sus compañeros; la violencia (en particular la violencia sexual y la intimidación); entre otras. Y todo esto sin dejar atrás lo más importante, la calidad de su vida doméstica.Hay un sector etario y social que no recibe la ayuda adecuada, ya que no goza de una estabilidad económica.En sus familias, el tema principal radica en saciar las necesidades básicas y a veces, debido a la falta de acceso a servicios y apoyo de calidad, terminan obviando cuestiones muy importantes. Sin embargo, los problemas no distinguen entre clases sociales, aunque haya sectores más vulnerables que otros. 

 

El problema se torna más grave cuando la solución son drogas o algún otro placer efímero que lo haga olvidar lo mal que está. "El consumo de tabaco y de cannabis son problemas adicionales. Muchos fumadores adultos consumen su primer cigarrillo antes de los 18 años. El cannabis es la droga que más utilizan los adolescentes: en 2018, alrededor de un 4.7% de las personas de 15 a 16 años la consumieron al menos una vez"². 

 

Es en este contexto tan desfavorecedor en el que muchos adolescentes se sienten deprimidos, se sienten mal por estar mal, y entran en un limbo que los desorienta a la vez que los desalienta a salir de él, por ver a los demás y denotar una diferencia abismal sobre lo que él vive y los demás muestran.La mente es un lugar complejo que a más de uno no le otorga paz, por eso queda la necesidad de replantear constantemente lo que nos hace mal y luego pensar: ¿está mal sentirse mal?

 

Bibliografía:

 

  1. https://shorturl.at/hzP6f

 

  1. https://shorturl.at/M9Id3

 

 

 

13/8/2024